nosotros

Merche y yo vivíamos en Barcelona con nuestras hijas Paula y Berta. Merche colaboraba como free-lance en revistas de decoración, yo tenía una agencia de publicidad… y los dos queríamos salir de allí y cambiar de vida. En 1992, durante unas vacaciones en el Cabo de Gata, le habíamos dado forma al sueño: ‘Un chiringuito en Almería’. Diez años después, sin buscarlo, apareció Sa Rascassa…
Una casa de vacaciones construida en 1916, que después fue vivienda del vigilante de la cala, más tarde casa de colonias y, a partir de 1994, centro de buceo con restaurante y habitaciones.
Estaba en Aiguafreda, una cala diminuta cuyos propietarios urbanizaron a principios del siglo pasado, cuando aún era privada, y le dieron ese carácter especial que aún conserva. Rodeada de bosques y muy escasamente edificada, la cala apenas ha cambiado en cien años; algo insólito en la Costa Brava.

Lógicamente nos enamoramos y, aunque nuestra experiencia en hostelería y restauración era nula, lo vendimos todo y nos vinimos a vivir a Begur. Era 2002, nuestras hijas tenían nueve y dos años, y nosotros cuarenta.
Han pasado ya algunos años, hemos aprendido mucho, y seguimos trabajando para que en Sa Rascassa te sientas como en casa de un buen amigo.

Merche y Óscar